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20120430

AFDA 17


PORTAVOZ DE MAGISTERIO Y ESTILO

----- 1 DE MAYO -----

NÚMERO DIECISIETE


ÍNDICEAFDA, 1 de mayo, 2012. 
Pregón: Encuentro de Primavera: A vueltas con nuestro castillo interior.
Reflexión: Fábula de la agachadiza.
Tarimilla literaria: ¿Al filo del amanecer? Sí, AFDA
Hemos leído-hemos oído: Ética planetaria desde el gran Sur./ Ellas tan diferentes. Carmen Resino.
Nuestra Escuela de Vanguardia: Los maestros del mañana. VIII. Preguntas y reflexiones finales.
Nuestro castillo interior: Dios encontrado.
Rincón de Apuleyo y de nuestros poetas: A Silos desde la Historia.
Soneto desde el sentimiento: Por mayo era, por mayo.
Afderías: Pascualerías.
Programa EP 2012: Málaga, 8-10 de junio 2012.
Patio de recreo: Ensamblar pies de fotos, EP, 2012.

ADDENDA
Una frase bíblica al mes: Yo soy el camino…
Documentos de oro: Y la esperanza soberbia de encontrar a Cristo en la última curva del camino. Delibes.
Colaboraciones: El paisaje en la pintura impresionista.
Tarimilla literaria: Redacción. Tríptico de enfoques.
Rincón de Apuleyo: Mi primer profesor de solfeo y otros maestros. / Al hilo de la vida: los poetuits.

                            No necesito más que un palillo de dientes. / Andando sobre la nieve de Luis Rosales. 
                            De la blanca nieve a la primavera en ramo. / Descripción de la vida corriente. / El fuego. A Mingote.  
La Escuela Ilusionada: Vademécum del profesor (V).
Me bajo un rato a la calle: Memorias de un preadolescente en el Madrid de los cincuenta. Mi barrio, II.
Patio de recreo: La Viña (IV).





Pregón

ENCUENTRO DE PRIMAVERA


A VUELTAS CON EL CASTILLO INTERIOR

En el mes de junio tendremos nuestro Encuentro de Primavera, en Málaga. De cara al Mediterráneo griego, romano, hebreo y cristiano lo pasaremos bien  y nos reafirmaremos en las razones de ser de nuestro castillo interior.

Junto a la imagen del castillo interior nos resulta grata la del monasterio medieval, en cuyo interior se alaba al Creador y se conserva con detalle y mimo el gran legado de las culturas clásicas que no debe perderse.

Las dos imágenes las hacemos nuestras.

Pretendemos que las esencias de la Europa cristiana y de la mejor España, de la educación y de la cultura, del magisterio y del estilo ni se pierdan ni se mermen. Ante la marea y a ratos maremotos como el islámico y el laicista, el de incultura y de la falta de estilo que lo arrasan todo, levantamos nuestro castillo y monasterio. En su interior el fuego más sagrado que el Cielo dio a los hombres ha de permanecer vivo y en llama. 

Los monjes del Medievo lograron que no se nos perdieran para siempre ni el Panchatantra, ni los libros de Platón ni los escritos de Virgilio… Los cruzados intelectuales del Medievo, los místicos del Renacimiento y los auténticos sabios de la Ilustración, a las invasiones sucesivas de “tsunami” del Islam, del hedonista carpe diem renacentista, del ateísmo militante de la Enciclopedia… les plantaron la muralla-dique de sus castillos espirituales. 

La circunstancia hoy es bien empinada: recesión económica; resistencia a los recortes de una población acostumbrada a vivir por encima de sus posibilidades; hipertrofia burocrática multiplicada por las 17 Autonomías; baja natalidad; deterioro constante del nivel educativo; radicalización del nacionalismo catalán y peligro proetarra en las próximas autonómicas vascas; deterioro de las instituciones del Estado… En momentos así, conviene que en algunos rincones del mundo haya quien no doble su rodilla ante el Baal de “la abominación de la desolación” y mantenga en su pleno vigor el vino de las esencias cristianas y la copa en que se guarda lel alma de la patria: “haber hecho grandes cosas juntos en el pasado; querer seguir haciéndolas en el futuro” (Renan). Uno de esos rincones es nuestro monasterio y castillo. 

 La vida es corta y, si fuera larga, mejor, la ponemos entera como grupo al servicio de esencias tan valiosas como la fe de nuestros padres y la cultura de nuestros sabios.
Nuestras armas son el magisterio y el estilo.  

Cuando pensamos y hablamos de estas cosas entre nosotros, terminamos felices repitiéndonos la vieja y épica exclamación de los cruzados de las más altas causas: ¡Si así lo hacemos, que Dios nos lo premie. Y si no lo hacemos, que nos lo demande ante el ejército de sus ángeles!



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FÁBULA DE LAS CUENTAS 

QUE SE HACE LA AGACHADIZA SOBRE SU NIDO 


Todos los árboles tienen un nido. Este alto será el árbol de mi nido, se dijo la agachadiza. Le abrazarán sus ramas, lo acariciará el viento. Las hojas le arrullarán con suaves canciones. Dormirán allá en lo alto mis polluelos, que crecerán despreocupados y tranquilos. 

Allá arriba lo techará el mismo cielo, las estrellas serán sus hermanas, lo besará la luna, al amanecer el sol le hará ver los verdes y azules del mar cercano. El Altísimo le sonreirá por hermoso y limpio  desde su alto Cielo.

Entonces, la agachadiza se miró las patas, se fijó en su pico, cerró sus ojos y se vio por dentro, luego, los abrió y se miró por fuera. 

Lo suyo era el humedal y allí debería poner su nido. Lo vio claramente y, enseguida, se puso a pensar en los encantos de su nido sobre una balsa flotante de vegetación tupida, acolchado por hierbas cortadas alrededor, con larvas de peces, pequeños cangrejos y semillas de las plantas de las marismas que tendrían cerca sus polluelos…

¿Qué mejor –se dijo la agachadiza- que ver el encanto de mi propio destino, atenerme a lo que efectivamente soy y, por esto, poner mi nido de agachadiza en el lugar exacto que me corresponde en la armonía del Universo?
                                                                                                                                 CUR

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¿Al filo del amanecer?
Sí, AFDA                                     *Divagación*



¿De qué momento hablamos? ¿Qué es este filo de amanecer, entre la noche y el día?




Aun no es de día. El día sólo va a romper. Es de noche, pero la oscuridad va a dejar de llenarlo todo. Los ojos que miran no encuentran la línea que ya ha tenido que producirse. Ha de ser una línea delgadísima, sutil. Pensamos en un filo que, de ser cuchillo, cortaría como el bisturí. ¿Dónde está ese filo que no  le vemos pero está?
(De jóvenes, ya gallos de primavera, nos instalamos en él. 
Nos enamoró. Era nuestra trinchera de la avanzadilla).

No fluye del instante anterior al amanecer. No fluye de la noche. En el filo del amanecer tampoco hay fluir. No aparece la luz de cada día de nuestros días como un río que fluye. El día está todavía hundido en la noche. En este filo del amanecer aún es de noche, luz amenazada, luz que se diría que es oscura, pero que ya es luz y por eso hablamos de su filo, de su delgadez, línea mera longitud. 


(Por muy gallos que se nos piense, nuestra noche no nos instaló en el filo del amanecer. Se nos dio este filo nuestro del amanecer. Fue un regalo de los Cielos, mejor, una gracia de Dios, pura gracia).

No es que de la muerte de la noche surja el amanecer. Esa causalidad no existe. La muerte aquí no tiene papel alguno. El nacimiento de la luz sí que precede a la muerte de la noche. Primero es la luz, luego la muerte de la noche. La vida aquí precede a la muerte.

La noche seguiría, pero se ha pronunciado el fiat lux del Génesis y se ha producido un corte de bisturí intangible, afiladísimo instante, el filo del amanecer. En él estamos.

                                                    CUR  
                                                                    


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Boff, Leonardo (2001)
Ética planetaria desde el gran Sur
Trotta, Madrid, 2001.(119 págs.)

Vale la pena dedicar un tiempo a pensar en temas que afecta a todos los seres humanos y tener una visión positiva sobre nuestro mundo, nuestra aldea global. Definir una ética válida para todos los países, razas, culturas, religiones, etc. es una necesidad en este mundo globalizado.

Boff comienza su libro así: “Son tres los problemas que suscitan la urgencia de una ética mundial: la crisis social, la crisis del sistema de trabajo y la crisis ecológica; crisis todas ellas de dimensiones planetarias.” (pág. 13)

Hay un amplio debate en todas las sociedades sobre la necesidad de una ética mundial. Las voces dominantes provienen del Norte, desde donde se controla el proceso de globalización. Determinar el lugar de procedencia de las opiniones no es indiferente pues todos estamos condicionados por opciones e intereses previos. Aunque, por tratarse  de una perspectiva global, es importante que se superen estas limitaciones.

El interés por el patrimonio natural común de la vida y de la humanidad, amenazado en nuestro tiempo, nos obliga a ciertos consensos mínimos. Del mismo modo, el agravamiento de la pobreza, la degradación del medio ambiente y el desempleo estructural exigen un nuevo pacto ético de la humanidad, sin el cual el futuro puede ser amenazador o puede quedar amenazado de manera irreversible.

Este texto surge de los debates promovido en la Universidad del Estado de Río de Janeiro. La óptica del gran Sur es en definitiva la óptica de los pobres y de los excluidos, pero teniendo en cuenta la necesidad de la convergencia entre Norte y Sur en beneficio de la humanidad, de todos los seres vivos y del mismo Planeta Tierra.

El libro está escrito sin exceso de tecnicismos y tratando de poner una mirada amplia y compasiva sobre nuestro mundo. Las aportaciones a este debate son valiosas y pueden ser objeto de coloquios en muy diversos ámbitos, siempre que nos preocupe aportar algún destello de luz o algún impulso positivo a nuestro complejo y maravilloso mundo.

Estos son algunos de los capítulos del libro:
Lo planetario: nueva plataforma de la Tierra y de la humanidad.
Formas de universalización del discurso ético.
Imperativos mínimos de una ética mundial.
Mística y espiritualidad: ¿fundamento de una ética mundial?

Como apéndice añade el autor “La carta de la Tierra”, que es un documento breve pero maravilloso, que ningún seguidor de este blog puede ignorar. Invito desde aquí a que los temas que en ella se enuncian se conviertan en motivo de comentarios y reflexiones.

  Jesús Juárez


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CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN        

ELLAS, TAN DIFERENTES
Carmen Resino

No voy a hablar de las armonías de Modesto Mussorgky sino del color  y los pinceles de Carmen Resino, una antigua compañera y amiga de la docencia en el IES Leonardo da Vinci de Majadahonda. Aparte de profesora de Arte  es escritora de novelas y de teatro. Ahora, jubilada, se dedica también a la pintura. ¿Por qué es tan grande el número de escritores que pintan? –Alberti, Günter Grass, Buero Vallejo, García Lorca, Galdós, por nombrar algunos recientes-. Pienso que Carmen  ha encontrado otra forma de expresión distinta a la palabra en forma de novela o teatro. La exposición  que presenta se titula Ellas, tan diferentes. Es una colección de casi cincuenta figuras y rostros femeninos  en los que están presentes  referencias literarias y artísticas: Lolita, Odette, Ana Frank, E.Piaf, Frida Kalho, Bette Davis o la Callas… Son rostros disfrazados en el pasado o en la actualidad.

El  visitante mira cada rostro  e identifica al personaje y “su realidad” -por su caras las conoceréis-, pero es curioso observar cómo ese rostro femenino, al mismo tiempo que tú lo miras, te está observando, te escruta con unos ojos inmisericordes. A esas caras les marcó “su vida”, pero  parece que cada una de esas miradas nos está diciendo: “¿Y la tuya qué; te has mirado en el espejo?”. No hace falta estar “tuerto” como la de Éboli para  entender que “la cara es el reflejo del espíritu”… Rica, colorista, expresiva y femenina  exposición que  enriquece a quien “mira y se mira” en los cuadros de Carmen.


Me fijé sobre todo en la cara y en la mirada. ¿Qué es lo que más impresiona de un rostro? ¿Sus ojos, sus mejillas, su nariz, sus labios, su redondez o la pintura que lo maquilla? Pienso que el elemento fundamental  de un rostro está en  “la mirada y la expresión de sus labios”.

Ojos  apagados, sin luz  -de pescado cocido-, ocultos por el “humo”, llenos de tristeza o melancolía, ojos amorcillados, ojos llorosos o enrojecidos, ojos airados, ojos inquisitivos, ojos inexpresivos de “mirada ausente”,  ojos de mirada huidiza, “ojos que no miran cuando se les mira”… Por otro lado, están los ojos llenos de vida, ojos alegres, ojos dulces y chispeantes, ojos serenos y piadosos, ojos dicharacheros, ojos que iluminan a quien los mira… Gutierre de Cetina –siglo XVI- versificaba calificando de  más hermosos a los ojos piadosos y a los ojos airados, de rabiosos ¿Qué no tendría esa mirada para que al poeta, aunque airada, le fascinara?

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

Y el joven Garcilaso de la Vega hablando del “carpe diem” pinta esa cara de rosa y azucena –sin necesidad de maquillaje-, embellecida por unos ojos ardientes y honestos a la vez, capaces de encender el corazón  y de serenarlo.

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;


¿…Y los labios? Son capaces de manifestar claramente el carácter de la persona y su estado anímico. En sus labios divisamos la serenidad de una persona, la paz, la alegría; pero también su enfado, su tristeza, su seriedad… ¿Qué nos dicen unos labios  aprisionados por los dientes?  ¿Y esos labios que iluminan vivamente la cara con una sonrisa? ¡Qué sensación de bienestar produce la sonrisa de una persona! La sonrisa es la expresión más espiritual de una cara, porque también influye en los que la perciben. He vivido con muchas personas y he admirado a las que siempre están con la sonrisa en sus labios. 

He tenido la suerte de conocer a dos personas que siempre, siempre que las miro están sonriendo. Y he llegado a conocerlas y entender por qué sonríen, aunque los latigazos de la vida también los hayan sentido en su propia carne. Ellas han cambiado mi expresión facial. El barroco Góngora, remedando en el concepto a Garcilaso, escribió que “mientras a cada labio, por cogello, / siguen más ojos que al clavel temprano”, refiriéndose a la mujer joven. No es el rojo del clavel -natural o pintado- lo que da la hermosura a unos labios. La belleza, la atracción de unos labios está en el imán de la sonrisa abierta o insinuada. Tendremos que preguntar a don Leonardo da Vinci qué nos quiso manifestar y cómo debemos interpretar  la cara de la Mona Lisa con sus ojos y sus labios,  con su mirada y con su sonrisa. 

 ¿Hemos caído en la cuenta de que  lo único que movemos de la cara son los ojos y los labios?
                Auxencio Muñoz Acebes



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Los Maestros del mañana

                   VIII. Preguntas y reflexiones finales




Llegados al término de  la serie de artículos  sobre los “maestros del mañana” a partir de unas fuentes minúsculas pero reales, proporcionadas por los propios estudiantes,  es bueno  que nos planteemos algunas preguntas y que hagamos algunas reflexiones.

Debemos preguntarnos si, leído lo que ellos han escrito, tres años después siguen los candidatos al magisterio con las mismas ideas, los mismos sentimientos, la misma pureza expresiva del comienzo. También debemos preguntarnos si la experiencia de estos  dos o tres años les ha confirmado en sus  ilusiones y deseos iniciales o si la cercanía de la realidad de la escuela, experimentada  algo en segundo curso  y mucho más en tercero con el Prácticum, les ha hecho ver el magisterio de otra manera. Todo esto podría saberse si de nuevo les preguntamos sobre ello en su último año de carrera. Y no estaría de sobra.

Debemos también preguntarnos, como alguien sugirió al autor de estos escritos, si  no ha habido nadie que incluyera la religión, lo religioso,  entre sus motivos para elegir la profesión de  maestro. Y es cierto que entre las motivaciones iniciales no he visto referencias a la religión ni a la fe. No sé si será por un falso pudor de hablar de lo religioso en público, o porque no existe dicha  motivación. Pero resultaría  extraño lo segundo, dado que conocemos a  alumnos, jóvenes de uno y de otro sexo, que pertenecen a movimientos cristianos, que  tienen arraigada su fe en Cristo y que participan en la animación de la pastoral o en la catequesis. Más bien  me inclino por la primera explicación. Pero  la observación no deja de ser pertinente.


Es cierto que los estudiantes de Magisterio afirman haber iniciado esta carrera movidos, motivados o inspirados por “sus maestros”. Pero en esa “inspiración” no entra el factor  religioso, al menos de manera explícita.  Incluso cuando  ofrecen nombres y apellidos de los educadores que más han influido en su decisión o cuando hacen referencia directa a sus padres… O, también, cuando se refieren a la pertenencia a La Salle en los años anteriores de educación: en ningún caso  he encontrado ninguna referencia explícita a lo religioso y a la fe.

También es cierto que alguien  podría decir que hay motivaciones  que son cristianas en su raíz, en su base, en su espíritu; sobre todo  esas motivaciones de tipo ético que les ha  impulsado a  seguir la “vocación de maestros”: servir a los demás, ayudar, ser útil a los demás, “ayudar  a que los niños  adquieran valores que les ayuden a ser mejores personas”, “ayudar a que el mundo sea un lugar mejor” (Marina E.) o “aportar un granito de arena a la sociedad ayudando a otros” (Mª J. Martín). Se podría decir entonces que no se está “lejos de Reino de Dios” y que, si  priman estos valores,  puede entenderse esto como una clara o velada referencia a la dimensión horizontal del cristianismo…


Lo que sí abunda son motivaciones personales de carácter afectivo (“sentirme bien con la ayuda de los otros”, “no hay nada más gratificante que un niño sepa algo porque tú se lo has enseñado”, en expresión de  A. Bricio)  o las que hacen referencia  a cierto carácter estético (“…lo bonito que es enseñar a un niño a crecer”, R. Cañas);  y también esta confesión: “No hay nada  mejor ni más bonito que intentar educar a las futuras generaciones” (A. Quevedo). Tampoco podemos olvidar  la apelación frecuente a la felicidad: la carga de idealismo de los candidatos al magisterio les hace  anticipar  dosis inmensas de felicidad en el ejercicio de su profesión (“sé que esto es lo mejor,  que me proporcionará años muy felices” dice X).


Pero esa observación de quien fuera y sigue siendo  maestro, no ha dejado de resonar en  mi persona. ¿No han venido los estudiantes a una Universidad católica? ¿No  provienen de lugares –escuelas católicas o parroquias- en donde el cultivo de la fe fue –y sigue siendo para muchos de ellos- un elemento importante en su vida? ¿O es que, como hijos de su mundo y de su cultura, no han aprendido a unir lo religioso con  la realidad de cada día, no  saben que la fe en Cristo también puede ser motivadora y moldeadora de una vocación como el  magisterio? ¿O es que nosotros, los formadores,  también somos hijos –o, más bien, esclavos- de nuestra época?

Adolfo Muñoz Alonso
   Cuando quien esto escribe estudiaba magisterio leía unas páginas que le ayudaban a hacer de esa profesión “una forma de vida”. Desde una concepción cristiana y teológica propia de su época,  mi casi paisano Adolfo Muñoz Alonso se refería en su libro El Magisterio como forma de vida, a vivir el magisterio como una forma profunda y personal de ser: “… el magisterio, si no se acepta como forma de vida, no es auténticamente magisterio, ni merece, por lo tanto, ese nombre”. Y luego exponía las  coordenadas de este estilo de vivir el magisterio.




Monumento al maestro. Madrid.
El magisterio como “una forma de ganarse la vida”, de trabajar, o de ejercer una muy digna profesión… no tiene, aun reconociendo  su dignidad intrínseca,  mayor dificultad. Muchos, casi todos, la aceptan. No pocos la viven  también. Pero dotar al  magisterio, especialmente en una Universidad La Salle,  de  una peculiar  “forma de vida”, desde la fe en Cristo y desde  el carisma de J. B. de La Salle, es tarea que aquí “está por hacer”; para que esa motivación,  no  visible ni explícita ahora, la vayan  adquiriendo nuestros alumnos durante su formación inicial. Esta es una de nuestras “asignaturas pendientes” con respecto a los Maestros del mañana.

                                                                       Teódulo GARCÍA REGIDOR




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Carlos Murciano

No nos asombra que toda una santa mística como Teresa de Jesús haya dejado escrito que “en la cocina, entre pucheros, anda el Señor”. Pero nos quedamos boquiabiertos si llegamos a oír decir a un poeta de nuestro tiempo  que una feliz madrugada sintió nada menos que al mismo Dios en todo lo que veía o tocaba o hacía al moverse por su habitación… Pues este es el caso del poeta gaditano Carlos Murciano, al menos en esta poesía intitulada “Dios encontrado”.

Uno adivina que el poeta llevaría años buscando ansiosamente a Dios, pero a un Dios distante, lejano, “altísimo” (“Hacía por salvar, escribiendo, la distancia”), hasta que una madrugada  inesperada el Dios de Jesús se le reveló audible, tangible, tan cerca tan cerca que nuestro poeta, en el acto sagrado de describir en sus versos esa proximidad divina, concluye diciendo: “termino porque temo/estarle haciendo daño con la pluma”.
Eduardo Malvido

     
Grindelwald bajo el Eiger

 DIOS ENCONTRADO

Dios está aquí, sobre esta mesa mía
tan revuelta de sueños y papeles;
en esta vieja, azul fotografía
de Grindelwald cuajada de claveles.

Dios está aquí. O allí: sobre la alfombra,
en el hueco sencillo de la almohada;
y lo grande es que apenas si me asombra
mirarle compartir mi madrugada.

Doy a la luz y Dios se enciende; toco
la silla y toco a Dios; mi diccionario
se abre de golpe en “Dios”; si callo un poco
oigo jugar a Dios en el armario.

Abro la puerta y entra Dios -¡si estaba
ya dentro!...-; cierro, y sale, mas se queda;
voy a lavar mi cara y Dios se lava
también y el agua vuélvese de seda.

Dios está aquí: lo palpo en mi bolsillo,
lo siento en mi reloj y, aunque me empeño,
ni me sorprendo ni me maravillo
de verle tan enorme y tan pequeño.

Me lo dobla el cristal, me lo devuelve
hecho yo mismo –Dios, perdón- su frío
y no intento explicarme por qué envuelve
su cuerpo en este pobre traje mío.

Hoy he encontrado a Dios en esta estancia
alta y antigua donde vivo. Hacía
por salvar, escribiendo,  la distancia
y se me desbordó en lo que escribía.

Y aquí sigue: tan cerca, que me quemo,
que me mojo las manos con su espuma;
tan cerca que termino, porque temo
estarle haciendo daño con la pluma.

                                Carlos MURCIANO

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EP 2012


             
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EP 2012



Juego del ensamblamiento de pies. Días 8, 9 y 10 de junio, en Málaga  

Primero, localizar in situ. 
Luego, casar los pies. 

1. Espléndida escultura de...

2. En el Parque, 
monumento a los ...
4. Ayer, Correos...
3. La Fuente 
de las Tres Gracias en...

EP 2012                                                                
    9. Chimenea de la antigua fábrica de plomo.
                                        
 7. Mercado Central, también conocido como ...                                                                                     


8. San Ciriaco y Santa Paula en...    


6. Cenachero con cenacho en ..
                                           
5. Fue casa de Mena
 y hoy, museo de ...


11. Desde la calle Larios,
de edificios al estilo de la Escuela de Chicago y emblema de la ciudad, ...

10. Símbolo de la ciudad, 33 m
/25 millas de alcance, nada de faro, ...




* ... en la plaza de Torrijos.     * ...Revello de Toro. 
*  ... hoy Rectorado de la Universidad de Málaga.   * ... Mariano Benlliure.

* ... al canto y fiesta de los Verdiales.   * ... Mercado de Atarazanas.


* ... la Iglesia de los Mártires.  * ... llamada de los Guindos y Mónica.


* ...en Málaga es la Farola.    * del XIX, en la plaza del General Torrijos.
* ... la Manquita, de 1528 y siguientes. * ... símbolo popular de Málaga con la  
biznaga y el boquerón. 


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