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47. Truco o trato


    



Desde hace algunos años, la celebración de la noche de Halloween, en la víspera de Todos los Santos, se suma, con las de Santa Claus, San Valentín y alguna otra, a las fiestas de tradición anglosajona que en unos casos se unen, y en otros prácticamente desplazan, a las que siempre tuvimos por genuinamente nuestras. Episodios de colonización cultural que no censuro, aunque no comparta algunos de sus planteamientos. En el caso que nos ocupa, no parece de entrada recomendable que una actitud ‘chantajista’ sirva de motivo para una celebración, por mucho que se la disfrace de parafernalia imaginativa. Creo, sin embargo, que los chavales centran su atención en el carácter divertido de la fiesta y en el contacto con los amigos que la ocasión les ofrece, al margen de cualquier otra consideración.

La que hoy es celebración festiva, tuvo su origen en el enfrentamiento entre católicos y protestantes, en la Inglaterra del siglo XVI, en la traición de Guy Fawkes y en la posterior humillación de los hogares católicos, obligados a evitar, con cerveza y pasteles, las amenazas de quienes contaban con el favor de su rey. ‘Trick or treat’. Ni que decir tiene que lo que ahora tiene lugar en la noche del 31 de octubre nada tiene que ver con aquellos tristes y vergonzosos acontecimientos.

La expresión ‘truco o trato’ expresa una manifiesta amenaza ante el incumplimiento de nuestras pretensiones. Actitud que en el mundo adulto es más que frecuente, aunque en ningún caso plausible. En este orden de cosas, un ejemplo que ilustra lo que venimos diciendo. El señor Mas y su pretendida y explícita amenaza separatista.

¿Truco o trato? No precisamente con esta expresión, pero seguramente con alguna otra semejante, planteó su pretendido pacto fiscal el líder de Convergencia y a la sazón President de la Generalitat, a don Mariano Rajoy hace ahora tres años, en septiembre del 2012. A la negativa del responsable  del Ejecutivo siguió, como era de esperar, la apelación al sentimiento soberanista y la decisión de convocar al pueblo catalán a un referéndum independentista, con o sin apoyo constitucional.

La pregunta del pueblo catalán fue la que cabía esperar: ¿Truco o trato, señor Mas? Su requerimiento nos obliga a mucho. A tanto, que muy posiblemente hayamos de enfrentarnos al vecino, al amigo, puede que al hermano. Así que o nos ofrece un programa enjundioso, por el que merezca la pena semejante exposición, o puede que el kiosco se le venga encima. Y la inmediata: un rosario de promesas, una Arcadia feliz, tan feliz que cuesta trabajo imaginar. A nuestro entender, tan apetecible como utópica. Como muestra, algunas prendas:
– Un cinco por ciento más de supervivencia ante el cáncer.
– Un cincuenta por ciento menos de accidentes de tráfico (lógico, si acaban emigrando la mitad de los catalanes; no olvidemos que de los 400.000 emigrados desde el inicio de la crisis, aproximadamente 150.000 lo han sido de Cataluña). 
– Reducción del paro a niveles de la media europea, para el 2020 (curioso: en Cataluña, en los dos últimos dos años -señor Mas, usted conoce al President-, 850.000 puestos de trabajo perdidos; cifra superior a la suma del incremento del paro en Andalucía y Extremadura, con una población un trece por ciento inferior al de éstas). 
– Tres universidades catalanas, entre las cien  mejores del mundo (esfuerzo titánico, si se tiene en cuenta que Cataluña cuenta en la actualidad con media docena de universidades públicas; Harvard, Oxford, Cambridge, Yale… , ya podéis espabilar).
                                                                                                                
– Cincuenta por ciento de los hogares catalanes, con banda ancha ultrarrápida (bueno, eso está bien, por si hubiera que salir corriendo).                                
– Creación de 60.000 nuevas empresas (por ejemplo, la embotelladora de Coca-Cola, que ya está haciendo las maletas para trasladarse a Madrid).
Ahora, tres años después, el cáncer secesionista se ha extendido, y amenaza seriamente la unidad de España, y desde las instancias del Estado habrá que pedir responsabilidades. Y en cualquier caso, no estará de más una advertencia: señores de Convergencia y coreógrafos de la idea: sigan prestando a los medios de comunicación toda la subvención y el apoyo posibles; saquen adelante la iniciativa de los Socialistas catalanes para conceder el voto a los dieciseisañeros, que esos están bien adoctrinados; y vean la forma de convencer a Bruselas, que dice no estar por la labor; piensen qué truco preparan para ello, porque el trato, a lo que parece, no les va a resultar nada fácil.


NOCHE DE HALLOWEEN
 
Los esqueletos, monstruos y vampiros
llegan hasta mi puerta:
-¿Truco o trato?
 Curiosa tradición anglosajona,
negra noche de brujas y fantasmas,
que tuvo en sus orígenes
revueltas religiosas,
batallas y  luchas intestinas
sembradas de odios y venganzas.
 Hoy halloween celebran divertidos
los niños, y las casas
adornan calabazas
y blancas calaveras desdentadas.
Y se canta y se danza
en grecas fantasías,
con negras vestimentas,
con caretas y máscaras.
Truco o trato. Lo niños nos apremian
e ingenian divertidas travesuras
si el obsequio no llega sin tardanza.
Reímos divertidos el chantaje,
con  regalos y dulces evitamos
que cumplan su amenaza.
Truco o trato. En la vida
es moneda frecuente:
tratando de evitar males mayores,
ceder ante el chantaje manifiesto
del fantoche de turno
que su intención disfraza.


ÁNGEL HERNÁNDEZ EXPÓSITO
Maestro. Psicopedagogo. Emérito UCJC


 

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