Su palabra, Santidad, madera recién
cortada del árbol del buen español de Argentina, tiene el olor, la frescura y
el encanto del acento y la música de aquella tierra también nuestra.
Para el tema del aborto –“lo más grave que ha acontecido en este siglo
que se va acercando a su final”, decía entre nosotros la enorme autoridad
de Julián Marías en el XX- nos
atrevemos a recordarle la artillería pesada de la Didajé. Habla su lenguaje. Es
clarísima y terminante.
“No matarás al hijo en el seno materno”
DIDAJÉ o Doctrina del Señor a las naciones por
medio de los Doce Apóstoles.
La Didajé es una perla preciosa de la primitiva
literatura cristiana.
Escrita entre el año 65 y el 80, fue altamente
considerada por los primeros Padres de la Iglesia.
Es el texto no canónico más antiguo que conocemos
—incluso anterior a algunos libros del Nuevo Testamento—. Algunos doctores del
siglo III, como Clemente de Alejandría, llegaron a citar la Didajé como escritura divinamente
inspirada.
A punto estuvo de incorporarse a la lista de libros
canónicos del Nuevo Testamento, que no se fijó hasta el concilio de Cartago del
año 397.
A los obispos,
sus hermanos
Con la claridad de la Didajé,
nos gustaría oír a nuestros obispos, en estos tiempos del mal menor y de
votaciones, repetir en voz suficientemente alta y sin silencios, la doctrina de
los Apóstoles.
A los
católicos, fieles
Didajé es la fe de
la primitiva Iglesia, la que estuvo tan cerca del Señor Jesús en su vida mortal
y recién resucitado. Así de sencilla y clara.
2.2. No matarás, no adulterarás,
no corromperás a los menores, no fornicarás, no robarás, no practicarás la
magia o la hechicería, no matarás al
hijo en el seno materno, ni quitarás la vida al recién nacido.
RAMIRO DUQUE DE AZA
Maestro. Profesor de Teoría del
conocimiento
Bachillerato Internacional
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