Buscar este blog

60. Nuestra Escuela CANTA

   

LOS DUROS ANTIGUOS



Por las fechas en que estamos no me puedo librar en Cádiz de  oír por calles y plazas una de las melodías que escuché por primera vez en Griñón a un gaditano de postín, Ricardo Llull;  es un tanguillo,  titulado “Los duros antiguos”.

El diccionario nos dice que “el tanguillo es un cante –y baile- flamenco, popular de Cádiz, de carácter festivo y compás ligero, en que se cantan textos generalmente irónicos o burlescos”. Métricamente está formado por estrofas con un número variable de versos y cuya rima –al ser de carácter humorístico- está a veces forzada.





Para narrar la curiosa historia de “Los duros antiguos” tenemos que viajar hasta el año 1827. Ese año el pirata gallego Benito Soto se amotinó contra su capitán del bergantín español “El defensor de Pedro” para hacerse con el navío y así poder asaltar a otros buques. Es así como Benito Soto tomó al abordaje, capitaneando “El defensor de Pedro”, hasta siete buques, de los que obtuvo sustanciosos tesoros. Más tarde, poniendo rumbo a África para repartir el botín con la tripulación, sus planes se truncaron y embarrancó en la ciudad de Cádiz.

Benito Soto y sus marineros fueron también inmortalizados, en este caso por la brillante pluma de José de Espronceda, que, según dicen, se basó en estos piratas y su buque para componer diez años después de su ajusticiamiento otro clásico inmortal, la Canción del Pirata. En Cádiz existe la “Calle de los Piratas” que alude a Benito Soto y compañeros.

El 3 de junio 1904 un pescador gaditano apodado “Malos Pelos”, enterrando los despojos de atún en la playa, encontró en la arena una gran cantidad de monedas de plata o columbarios que presentaban por una de sus caras dos columnas entrelazadas, símbolo representativo de las columnas de Hércules. El obrero que encontró el tesorillo se llenó los bolsillos con cuantas monedas pudo y se fue. Pronto se corrió la voz y el pueblo de Cádiz se lanzó a la playa en busca de más monedas de plata. Las piezas resultaron ser monedas de curso legal de ocho reales acuñadas en México durante el reinado de Fernando VII. Como en una de sus caras se veían dos globos terráqueos entrelazados, la gente se refería a ellas popularmente como monedas de ambos mundos, aunque a partir de aquel bendito día del Corpus pasaron a ser conocidas como los duros antiguos.

 De aquí nace la historia que el autor de carnaval “El tío de la tiza”- Antonio Rodríguez Martínez- narra en su popular tanguillo “Aquellos duros antiguos” cantado por primera vez por el Coro “Los Anticuarios” en 1905 y que todavía resuena en nuestros días.

         Nada mejor que leer la narración a un Diario Gaditano que José –ya octogenario- hizo del hecho, acaecido cuando él tenía 16 años.

 "Aquello tuvo que ser cuando empezaba el invierno del año 4 (1904) ¡Bueno, fue… hace mucho tiempo! Yo calculo que tendría alrededor de los 16 años. Desde luego ya me había puesto pantalones largos, pero todavía no había ido a servir al Rey. Porque yo serví en Caballería. Volviendo al tema, la cosa es que hubo un temporalazo de poniente. Me acuerdo como si lo estuviera viendo. El ventarrón estropeó las galerías de madera que había en la playa y hasta desbarató una tapia de la almadraba”.                                                                                     

Al día siguiente del temporal José estaba en la huerta de Los Bruzones, ayudando a su padre a clavar unas tablas de una cochinera que había roto el temporal. De repente pasó por el otro lado de las dunas un "gachó" con una pala que saludó, "y nos dijo que habían aparecido muchos duros en la playa y que para allá iba a ver si pescaba alguno. Mi padre no se lo creía, pero yo me quedé cavilando más mosca que la mar y en cuanto le cogí las vueltas salí pitando. ¡Me cachis en la mar! ¡Ojú la que se había armado! ¡La cantidad de gente que había arremolinada por la parte de la almadraba!  Y lo que había pasado es que unos albañiles al ir a arreglar la tapia habían hecho un hoyo y al llegar a una hondura de menos de un metro se encontraron un montón de monedas de plata. En seguida vinieron los carabineros y dijeron que aquel terreno era de la Marina y que nadie lo podía tocar. Después llegó el dueño de la almadraba y dijo que aquel pedazo de playa era suyo y que todo lo que hubiera allí era para él. A paladas sacaban los duros y los echaban en latas de atún que metían en la almadraba. Y todo el mundo mirando aquello, sin poderle echar mano y poniéndosele los dientes largos. Al poco rato llegó el 'Cabo Matrícula'. Habló con unos y con otros y el hombre se puso en razón. El tío cogió una cinta métrica, hizo una raya en la arena y dijo que de la raya hacia arriba para la almadraba y desde allí para abajo que escarbara todo el que quisiera. ¡Ojú, Dios mío, que rebujina se armó! ¡Todo Dios se puso a escarbar! Pero resultaba que aquello era como una lotería. A lo mejor un gachó se ponía a hacer un hoyo y tenía la suerte de encontrar muchos duros y otro a la vera no encontraba nada. Yo iba a ponerme a escarbar, pero lo pensé mejor y me puse detrás de uno que escarbaba y echaba la arena para arriba entre medio de sus piernas. Yo miraba la arena, y duro que se le escapaba al fulano, duro que yo cogía. Así no me cansaba. Cuando veía los duros en la mano me parecía mentira que se pudiera tener dinero así. Vamos, quiero decir, tan sencillo. ¡Y cómo brillaba la plata después de quitarle el verdín! Oí decir a los que sabían de eso que eran duros columnarios. Otros decían que eran de los dos mundos. Y si que aquellos duros tenían por un lado dos mundos redondos y por otro dos columnas con una cinta que decía eso de Plus Ultra. Eran un poco más grandes que los normales, o sea los de verdad.  


       Espiocha o zapapico
El asunto es que el primer día se cogieron duros a "punta-pala". ¡Todo el mundo estaba más contento! Claro que con aquellos duros no se podía comprar nada, porque eran antiguos. Pero yo no sé de donde salió un judío que se puso en la Victoria y compraba los duros a catorce reales. También una mujer que le decían La Gallega de la casa amarilla, en la esquina de Trille, los compraba, pero a tres pesetas. Mis siete duros los cambié al judío, y con el dinero le regalé a mi madre los avíos de un puchero, me compré unas alpargatas y una entrada para los toros. Con eso me sentía feliz. No necesitaba más y no cogí más duros".
                                                                                                                                

Al día siguiente, como ya se había corrido la voz, vino mucha gente de Cádiz y todo el mundo seguía escarba que te escarba. "Entonces fue cuando de verdad se puso la playa igual que una feria. No sé si porque había más duros o porque ellos se cogieron los dedos, la cosa fue que el judío y La Gallega cambiaron el precio. Ese segundo día sólo pagaban diez reales. Vamos; un duro bueno por dos antiguos. Y más tarde se les acabó el dinero. Entonces, para venderlos, tenían que llevárselos a los anticuarios de Cádiz. Después se fue apagando el asunto y a los pocos días no se pescaba un duro ni para los restos. Y nada más. Eso fue todo lo que pasó. Que yo lo vi, lo juro por la salud de mis hijos".

Primer conjunto que lo cantó


 Aquellos duros antiguos
que tanto en Cádiz
dieron que hablar,
que se encontraba la gente
en la orillita del mar,
fue la cosa más graciosa
que en mi vida he visto yo.
Allí fue medio Cai,
con espiochas*,
y hasta fue allá mi suegra
y eso que estaba
ya medio chocha.
Con las uñas y el pelo
vi yo escarbar
cuatro días seguidos
sin descansar.


Estaba la playa
igual que una feria.
¡Válgame San Cleto lo que es la miseria!
Algunos cogieron
más de ochenta duros
pero en cambio otros
no vieron ni uno.
Mi suegra, como ya dije,
estuvo allí una semana,
escarbando por la tarde,
de noche y por la mañana.
Perdió las uñas y el pelo
aunque bien poco tenía
y en vez de coger los duros
lo que cogió fue una pulmonía,
y en el patio de las malvas
está escarbando desde aquel día
.
 
AUDICIONES:
1.Los Anticuarios (primeros intérpretes)
2. “Tocao, cantao y bailao”
3.Coros de Julio Pardo:
4.Vaporcito de El Puerto
 
LOS DUROS ANTIGUOS
Autor: El tío de la Tiza
 
 
  LAm            SOL                  FA                 MI
Aquellos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar
                       FA                      MI
Que se encontraba la gente a la orillita del mar, 
                     FA                          MI
fue la cosa más graciosa que en mi vida he visto yo.
                LA           MI                          MI 7
Allí fue medio Cai,  con espiocha; hasta fue un día mi suegra,
                            LA                   LA 7          RE
y eso que estaba ya medio chocha; con las uñas algunos vi yo escarbar
               LA              MI
cuatro días seguidos sin descansar.
MI         MI 7                LAm                 SOL        FA      MI
Estaba la playa igual que una feria: ¡Válgame San Cleto lo que es la miseria!...
 MI          MI 7                  LAm                 SOL        FA      
Algunos, pescaron más de ochenta duros, pero más de cuatro, no vieron ninguno.
     LA                                    MI 7                             
Mi suegra, como ya dije, estuvo allí una semana escarbando por la tarde,
  RE                  LA                                 LA 7              
de noche y por la mañana, perdió las uñas y el pelo, aunque bien poco tenía,
                           LA                 MI 7               LA
y en vez de encontrar los duros, lo que encontró fue... una pulmonía.
RE                  LA               MI 7               LA     
En el patio de las malvas, está escarbando desde aquel día.


 AUXENCIO MUÑOZ ACEBES
Catedrático de Lengua y Literatura
Organista
                                                                                   




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...