Buscar este blog

62. Cohelet IX


        (IX)

No quieras ser demasiado justo,
ni te pases de listo.
(7,16)

Cohelet está desorientado. La vida real le sigue pareciendo sin sentido.
La fidelidad a la Ley de Dios no es garantía de éxito en la vida. ¿Entonces?

Entonces, como buen israelita afirma a Dios y afirma la vida. Dios gobierna el mundo. No sabe cómo. Empieza a comprobar que el mundo no está hecho a medida del hombre sino a medida de Dios. El mundo es obra Suya. Nos sobrepasa la Sabiduría y también la Justicia. Hay que ser justo como Dios quiere, no como se nos antoje a nosotros.

La sabiduría tampoco la creamos nosotros. Se nos da. Hay que ir tras ella, alcanzarla. Si ella avanza, avancemos nosotros; si hay que detenerse, porque no alcanzamos el sentido de las cosas o del Cielo, habremos de detenernos, no pasarnos de listos. De tejas abajo andaremos desconcertados.

Beaucamp en plena clase. Universidad de Letrán.
        Cohelet se instala en el momento presente (Beaucamp). La realidad se nos pierde en el misterio de Dios, se nos escapa. Nos deja, como a Israel, con los brazos abiertos  ante un más allá que no vemos.
      
L            La iniciativa no la pongas en ti. No eres centro. El mundo no gira en tu derredor. Justo es Dios. Sólo Dios es perfecto: nos anticipa el Cohelet lo que Jesús nos dirá cuatro siglos más tarde (Lc 18,19). El Cohelet lo está descubriendo y nos lo adelanta en su libro. Conténtate con la perfección limitada que tienes a mano.

La Justicia y la Sabiduría están por encima de nosotros. Somos justos y sabios por participación con la Justicia y con la Sabiduría divinas, respectivamente. Nos pasamos de listos si intentamos adelantarnos al ser de las cosas y a señalarles su camino. Dios es como es y las cosas son lo que son y como son. Sigue con humildad el camino de la Sabiduría. Gira a izquierda y a derecha, cuando ella gira a izquierda y a derecha, etc.

       El Cohelet se pone a calcular distancias y constata patético al empezar a redactar uno de los capítulos de su libro: Dios está en el Cielo y tú en la Tierra (5,1). Nos acaba de colocar en nuestro sitio. Al Cohelet, desconcertado y sobrecogido por la transcendencia divina, por la distancia de abismo, mira al suelo y nos habla sincero: Nadie puede comprender lo que se hace bajo el sol (8,17).

 QerhuteV
Ancien élève de Evode Beaucamp
y de Francesco Spadafora

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...