EL
AVIÓN
Hablamos
del avión común, ese que se ve por Castilla y otras regiones de España. Ave que
vuela, se comporta y se parece enormemente a la golondrina pero que no el mismo
pájaro. La golondrina, por ejemplo, es de cuello anaranjado y el avión de
cuello blanco. Nuestro avión pájaro, del que tratamos este mes, emite un sonido
continuado, un crrip-chrrip-chrippp inacabable. Es ave cantarina. Sus crías, en
el nido, emiten unos srip, srip, más aislados.
De
nombre científico delichon urbicum, el avión es nombrado por Miguel
Delibes en El último coto ya en sus páginas postreras:
Verano
veleidoso, seco sin tormentas de fundamento, y mucho sol, aunque el sol no
siempre implique altas temperaturas. ¿Puede haber influido esto en el
comportamiento impaciente de vencejos, aviones y golondrinas?
Estamos
hablando del avión común que, como los ingleses, pasa los veranos en España,
donde viene a criar. Físicamente es una especie de golondrina regordeta, con la
cola ahorquillada, pero sin las largas plumas de la golondrina verdadera.
Es
un ave común en todo el Hemisferio Norte – la zona paleártica – excepto en
algunas zonas de Extremo Oriente y en las regiones de climas extremos: los
grandes desiertos y la cercanía del Polo. Pasa los inviernos en el África
subsahariana y cuando sube a España, ocupa todo el territorio de la Península,
las ciudades de África y las Baleares. En Canarias sólo es ave de paso.
Aunque
en el origen de la especie era un pájaro que criaba en roquedos naturales, hoy
ha adoptado el paisaje humano sin ningún miedo y puede formar colonias hasta en
el centro de las grandes ciudades. Es frecuente ver sus nidos de barro bajo
aleros de edificios, en la parte alta del muro de las presas fluviales o
saliendo de debajo de los puentes.
Curioso,
muy curioso es el reparto que se hacen del cielo vencejos, aviones y
golondrinas. Se lo han logrado repartir para no entrar en competencia directa
por el alimento. Así, los vencejos son los que vuelan a mayor altura, por
encima de los 15 a 20 metros. Más abajo cazan los aviones, entre los 20 y los 8
a 10 metros. En la parte más baja, entre 10 metros y el suelo, vuelan las
golondrinas.
Al
realizar dos y hasta tres puestas, en cada una va decreciendo el número de
huevos: en la primera suelen poner 5 huevos; en la segunda uno menos y si hay
tercera puesta, suele ser de 2 ó 3 huevos. Tras la puesta, ambos padres se
turnan, durante dos semanas, en incubarlos. Cuando salen los pollos, la pareja
vuela constantemente en busca de alimento y cría a la prole hasta que, casi un
mes después, a finales de julio, los pollos ya pueden volar y salen del nido.
¿Cuántos
aviones pudo ver Miguel Delibes en su vida? No sé si escribir que varios miles
o varias decenas de miles. Él sí que los diferenciaba de las golondrinas y los
vencejos. Probemos a observarles el próximo verano. Sigamos de regla de las
distancias hacia el cielo. Ya saben, los de en medio, entre las golondrinas y
los vencejos, esos son los aviones.
JORGE
URDIALES YUSTE
Doctor en
periodismo. Profesor, especialista en Miguel Delibes
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