Buscar este blog

68. Las aves en Delibes


                    
                  
EL AVIÓN

Hablamos del avión común, ese que se ve por Castilla y otras regiones de España. Ave que vuela, se comporta y se parece enormemente a la golondrina pero que no el mismo pájaro. La golondrina, por ejemplo, es de cuello anaranjado y el avión de cuello blanco. Nuestro avión pájaro, del que tratamos este mes, emite un sonido continuado, un crrip-chrrip-chrippp inacabable. Es ave cantarina. Sus crías, en el nido, emiten unos srip, srip, más aislados.
De nombre científico delichon urbicum, el avión es nombrado por Miguel Delibes en El último coto ya en sus páginas postreras:

Verano veleidoso, seco sin tormentas de fundamento, y mucho sol, aunque el sol no siempre implique altas temperaturas. ¿Puede haber influido esto en el comportamiento impaciente de vencejos, aviones y golondrinas?

Estamos hablando del avión común que, como los ingleses, pasa los veranos en España, donde viene a criar. Físicamente es una especie de golondrina regordeta, con la cola ahorquillada, pero sin las largas plumas de la golondrina verdadera.
Es un ave común en todo el Hemisferio Norte – la zona paleártica – excepto en algunas zonas de Extremo Oriente y en las regiones de climas extremos: los grandes desiertos y la cercanía del Polo. Pasa los inviernos en el África subsahariana y cuando sube a España, ocupa todo el territorio de la Península, las ciudades de África y las Baleares. En Canarias sólo es ave de paso.

Aunque en el origen de la especie era un pájaro que criaba en roquedos naturales, hoy ha adoptado el paisaje humano sin ningún miedo y puede formar colonias hasta en el centro de las grandes ciudades. Es frecuente ver sus nidos de barro bajo aleros de edificios, en la parte alta del muro de las presas fluviales o saliendo de debajo de los puentes.
Curioso, muy curioso es el reparto que se hacen del cielo vencejos, aviones y golondrinas. Se lo han logrado repartir para no entrar en competencia directa por el alimento. Así, los vencejos son los que vuelan a mayor altura, por encima de los 15 a 20 metros. Más abajo cazan los aviones, entre los 20 y los 8 a 10 metros. En la parte más baja, entre 10 metros y el suelo, vuelan las golondrinas.
Al realizar dos y hasta tres puestas, en cada una va decreciendo el número de huevos: en la primera suelen poner 5 huevos; en la segunda uno menos y si hay tercera puesta, suele ser de 2 ó 3 huevos. Tras la puesta, ambos padres se turnan, durante dos semanas, en incubarlos. Cuando salen los pollos, la pareja vuela constantemente en busca de alimento y cría a la prole hasta que, casi un mes después, a finales de julio, los pollos ya pueden volar y salen del nido.
¿Cuántos aviones pudo ver Miguel Delibes en su vida? No sé si escribir que varios miles o varias decenas de miles. Él sí que los diferenciaba de las golondrinas y los vencejos. Probemos a observarles el próximo verano. Sigamos de regla de las distancias hacia el cielo. Ya saben, los de en medio, entre las golondrinas y los vencejos, esos son los aviones.
 
JORGE URDIALES YUSTE
Doctor en periodismo. Profesor,  especialista en Miguel Delibes





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...