Nuestro
maestro nos pareció siempre un dechado de recia
fortaleza, un
paraíso de inteligencia
y un cielo de humanidad.
Filósofo y poeta,
lo tenía todo.
En estos versos nos levanta
un pliegue de su alma ilusionada.
¡Qué cosmos de ilusiones no poblaron su alma de prócer!
Nos parece que en su clase de filosofía nos está definiendo la ilusión.
Nos parece que en su clase de filosofía nos está definiendo la ilusión.
ILUSIÓN
Hay
luz de alborada,
corona
del día que viene, dorada.
Caminos
muy blancos,
en
donde florecen
laureles
de gloria,
y
palmas, que mecen
los
arcos triunfales
de
una gran victoria.
Se
pueblan los aires
de
hermosas canciones,
llevando
en sus triunfos
llama
de emociones.
Con
lanzas de luces
van
los escuadrones,
en
marcha dorada,
y
en cada cimera
reluce
la hoguera
de
un bello trofeo.
Florece
el deseo
con
rosas de risas,
y
al besar las brisas
el
bello rosal,
hay
lluvia de estrellas
de
luz inmortal.
Ríe
la esperanza
campánulas
bellas.
como
grandes rosas de un nuevo rosal.
La
carne se enciende.
La
mano se tiende
a
coger la hermosa
manzana
de oro.
¡Ya
toca el tesoro!...
Ese
es el momento del goce ideal.
Ilusión (Orizona)
ResponderEliminarPreciosos versos, que recuerdan (esta vez en arte menor) la Marcha Triunfal de R. Darío.