Buscar este blog

65. Mi amigo Diego... Auxencio





¡MI AMIGO DIEGO, EL POETA, EL MÚSICO, EL PINTOR!
 
Querido amigo Diego:         

Fue en enero de 2011 cuando realmente me hice amigo, muy amigo tuyo. Hasta entonces habíamos sido compañeros-estudiantes en Griñón sin pertenecer a la misma promoción –aunque sí a la misma quinta-, y teníamos cada uno nuestras historias y nuestras amistades. Te admiré desde el Escolasticado como buen pintor y buen cantante… Pero fue a raíz de dos hechos cuando nuestra amistad se incrementó.

El primero cuando tú, todo sinceridad y amabilidad, me contestaste a una petición que hice a compañeros lasalianos para que me mandaran escritas anécdotas interesantes de su vida lasaliana. Y tú fuiste uno de los pocos que me contestaron a lo que yo había titulado “Pan de limosna”. Me narraste tres anécdotas de tu vida lasaliana. Quiero publicar aquí ésta  porque en ella, querido Diego, detallas la forma como te iniciaste en lo que sería la pasión de tu vida, la pintura:
 
Mi primer cuadro

  Siendo Justo Ortiz director del Escolasticado, le solicité la posibilidad de pintar al óleo. Me miró con cierta perplejidad respondiendo a continuación: ¿Sabrías  pintar?  Sí, contesté decidido, pero necesitaría los materiales propios a tal fin, pinceles, lienzos, óleos, etc. El buen Hermano, al que tanto le debo, irónico y retador me dijo: Si pintas el cuadro de “Las lanzas” de Velázquez y, además, me llega a gustar, te proporcionaré todo lo que necesites para pintar en tus ratos libres. ¡Trágame tierra!, pensé. Después de esto y a ratos, mi mente se liaba, más que el moño de una loca, en torno al asunto.  Al poco, con desánimo, y por eso de la mosca, busqué dicho cuadro en Summa Artis. Casi caigo de espaldas al ver “La rendición de Breda” de par en par ante mis ojos.  ¡Imposible!.  Recorrí  rostro a rostro a los personajes mientras me preguntaba: ¿Puedo con éste, con ése, con el otro…?. Sí, Diego, que el no  ya lo llevas. Acepto el reto.  Llegó la hora de la verdad.  Algún sabihondo me dijo que se aglutinaban los colores con aceite, cuando lo suyo es usar esencia de trementina o aguarrás puro. Pues bien, este pobre autodidacta tomaba aceite de la cocina para mezclar los colores y dar fluidez a los trazos. Terminado el cuadro, parece que gustó porque en cualquier ocasión  se colocaba como elemento decorativo. El chasco fue que el cuadro, después de dos meses, no se secaba por el dichoso aceite. Para protegerlo de roces, lo tuvimos que colocar mirando hacia abajo sobre un techo de armario. Así estuvo algo más de un año”.   

Y el segundo hecho que nos unió aún más tuvo lugar el 14 de enero de 2011 cuando en Cádiz  asististe con Eva a mi boda con Antonia. Tal fue tu simpatía y tu espontaneidad que llamaste la atención de todos los asistentes: cantaste, bailaste con Vero y Susana… Porque este era el auténtico Diego: Tú eres pintor, cantor, recitador, poeta… En  tu libro “Poemas. Otoño resentido” dices: ”Soñaré lo que quiera/ y seré lo que quiera ser,/ pero solo tengo una vida/ con la que lo he de hacer”. Me regalaste este libro de poemas, que tú llamas “incursión poética” “como una forma de perpetuar nuestro encuentro”.  En todos los que te hemos conocido has dejado tu huella impronta, acompañada a veces de una suave y fina ironía…

     Dejando a un lado tu faceta de “pintor excelso”  en toda tu obra, quiero reflejar aquí la combinación que tú has hecho del dibujo y de la poesía. Has condensado en un libro los encuentros que tuviste en Juventudes Musicales de Sevilla: DEDICATORIAS CON ILUSTRACIONES Y RETALES POÉTICOS, que más tarde completaste con otro: RECUERDOS DE CONCIERTOS.

      En la dedicatoria que me escribes  dices: “Mi admiración por la música en vivo y la virtud instrumental de sus intérpretes, me llevaron a pedirles una breve dedicatoria. Quise perpetuar estos bonitos encuentros y, ya en el estudio, las completaba con el lápiz y la palabra (en esto te echaba de menos porque sudaba tinta). Espero que recibas este regalo con la ilusión y el afecto con el que yo te lo envío. Compartir contigo parte de mi arte y  este testimonio de amor a la música  para formar parte de tus recuerdos me da alegría, sintiéndome así muy bien pagado”.

DEDICATORIAS de los músicos concertantes, ILUSTRACIONES de los artistas a trazos finos del lápiz de Diego y tus versos sintetizadores del sentimiento despertado en ti por la armonía…  Estos son los dos libros que tú has editados, Diego, y  que sintetizas con estas palabras:

“Si, como pintor, los colores impregnan mi bandera, hoy, con el lápiz gris plomizo, hago homenaje al músico:

Amor que viaja errante
con las maletas vacías
y el corazón desbordante,
que duerme en soledad
soñando ser real
un instante”.

Hoy, amigo Diego, te has ido, pero te has quedado. Te has ido “allá” y te echaremos mucho de menos, pero te has quedado “acá” con tus cuadros, con tus dedicatorias, con tus ilustraciones y con tus palabras. Viviremos juntos: no te olvidamos; pues tú nos lo has dejado escrito:

“Cuando la música no me siga
Y mi lápiz pierda su dueño,
Quedará este testimonio
De vivir juntos el arte
Perdurando así mis sueños”

Un fuerte abrazo de Auxencio
Cádiz, 12 de octubre de 2017
 
                                           


 

 

 

 

 

 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...